Acaba de publicarse el libro Catholic Communities Online, editado por M. Diez Bosch, J.L. Micó y J. M. Carbonell. El volumen ha reunido aportaciones desde disciplinas diversas como la teología, la sociología o las ciencias de la comunicación sobre la presencia de la religión católica en los medios digitales actuales. Aunque la relación entre la comunicación digital y la religión constituye un campo de investigación en crecimiento, existe un déficit de estudios específicos sobre el ámbito católico, que este trabajo puede ayudar a paliar.
En el libro no faltan temas clásicos en la bibliografía de referencia como la crisis de autoridad, las nuevas formas de comunidad, el activismo y la participación social, la inteligencia colectiva, etc., pero ofrece además estudios específicos sobre la expansión de la religión católica en el mundo de las apps, las redes sociales, los foros u otros medios digitales. Mi contribución al trabajo es el capítulo que cierra el volumen, «Rezandovoy: an example of digitalization of religión in the Spanish-speaking Catholic world», dedicado a Rezandovoy, un caso particularmente relevante de medio digital de oración en español.
Uno de los aciertos del libro es su perspectiva global. El hecho de que se recojan contribuciones de autores de diferentes regiones del mundo viene a señalar la manera en la que se debe abordar en la actualidad el campo de estudio de la religión y la comunicación. Es cierto que la religión católica es desde su origen y por definición lo que Peggy Levitt denomina una «organización religiosa transnacional extendida», pero no por ello su realidad ha dejado de estar en gran medida determinada por contextos nacionales específicos. La globalización obliga, más que nunca, a buscar aproximaciones capaces de captar las tendencias que afectan de manera general a todas las sociedades avanzas, sin olvidar a quienes son excluidos de estas nuevas posibilidades de interconexión.
Felicidades a cada uno de los responsables de la publicación y mi agradecimiento a todos ellos, así como a la Universitat Ramon LLull, por haberme invitado a participar en este estimulante proyecto editorial.