Hoy en día, la desinformación es un fenómeno que ha dejado de ser un simple bulo o noticia falsa. La información está en manos de todos y, a pesar de ello, paradójicamente vivimos más desinformados que nunca. La variedad de fuentes de información ha dado lugar a la producción de mensajes y noticias en masa que dificultan el contrastar la veracidad o falsedad de lo comunicado. Los medios de comunicación tradicionales no son los únicos capaces de emitir información al mundo, pues Internet ha permitido que la propia sociedad pueda funcionar como un medio de comunicación. Las redes sociales, los blogs o las páginas webs conceden a cualquier persona comunicar de la misma manera que lo haría la radio, el periódico o la televisión, consintiendo además una mayor libertad de expresión de la que estos últimos medios carecen.
Este nuevo medio, rápido e instantáneo, ha provocado un consumo masivo de información de la sociedad, generando nuevos emisores y receptores que buscan recabar conocimiento por medio de esta vía dado el ritmo de vida presente. En este sentido, la ausencia de profesionales que limiten la emisión de información detrás del medio genera una mayor posibilidad de difusión de datos, hechos o acontecimientos incorrectos. En consecuencia, es muy complejo llevar a cabo una limpieza continua de las numerosas noticias falsas que se difunden permanentemente. Además, la Inteligencia Artificial reta aún más a las personas para determinar si la información es veraz o no, generando un distanciamiento y desconfianza hacia los medios. A pesar de vivir con este escepticismo y aparente imposibilidad de obtención de información fiable, lo cierto es que existen herramientas para poder desenmascarar las noticias falsas y verificar las verdaderas.
El pasado lunes, Carmela Ríos, periodista, columnista y profesora, presentó mediante el seminario de la “Desinformación” los diferentes ámbitos que abarca la desinformación y cómo hacerle frente. Gran parte del discurso ha consistido en la exposición de la dinámica del uso de los usuarios para informarse y cómo este análisis ha sido utilizado para elaborar una campaña electoral óptima para las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en 2024. Con esta premisa, Rios muestra la nueva estrategia de los candidatos para mostrar su imagen y convencer al votante, siendo esta la publicidad difundida mediante TikTok y en el formato que el consumidor demanda para informarse. Esto se debe al fenómeno “Funk Up”, donde programas de noventa minutos se convierten en un vídeo de 60 segundos. Con este ejemplo, se ha comprobado que el efecto de la desinformación en la sociedad ha llevado a los políticos a utilizar vías como las redes sociales para poder llegar a los civiles.
Una vez analizado el caso político, la periodista ha determinado el origen, las causas y la evolución del fenómeno. La multiplicidad de las fuentes de información genera una desinformación endémica, y la incorporación de la Inteligencia Artificial ha supuesto un problema añadido para el ya grave dilema. La información oculta o las noticias falsas ya no se rectifican, sino que, tal y como explica, mediante el supuesto caso del bulo de ingesta de perros y gatos emitido por Trump, se utilizan para alertar a la ciudadanía de su indiferencia ante la verdad o mentira en su consumo de información. De igual manera, los memes son uso ya de carga narrativa y, por lo tanto, forman parte de la nueva forma de comunicarse y obtener información.
Ante esto, la periodista ha proporcionado una serie de herramientas digitales para poder convivir con esta nueva forma de transmitir información y acudir a aquella que interesa, comprobando que esta sea real. En primer lugar, la página “Google Trends” permite conocer los hechos más relevantes de la hora o el día en un país determinado o en el mundo, en general. Este instrumento ayuda a que el usuario pueda conocer los sucesos que más impacto están generando en el entorno en el momento presente, manteniéndose así informado de forma ordenada y precisa. De la misma manera, la página web “Trends24in” funciona como buscador de tendencias de la aplicación de Twitter. Esta aplicación, a la vista de la problemática con la pérdida de información por las múltiples publicaciones de las fuentes seguidas, permite organizar y administrar el contenido sobre un tema determinado generado por una serie de cuentas previamente seleccionadas. Otra herramienta para controlar la desinformación en las redes sociales es “Crowdtangle”, a través de la cual se rastrean enlaces compartidos y se examina su autenticidad.
En cuanto a lo que a publicidad se refiere, Carmela explica la existencia de la biblioteca de anuncios de Meta, el conglomerado estadounidense de redes sociales y tecnología. Mediante este catálogo, se puede analizar la cuantía que se ha gastado una empresa o un individuo para que se publicite su anuncio. Así, su utilidad se basa en la exploración de los principales anunciantes de cada país, región y el coste de cada publicidad.
Al margen de las facilidades que dan estas herramientas, como administrar, organizar y señalar aquello que nos interesa, la periodista también añade dos páginas más de verificación inmediata. Estas son “Fact Check Explorer” y “Misinformation Dashboard: Election 2024”. La primera, constata si la noticia o hecho insertado es un bulo o contiene información falsa. La segunda, dispone de los temas vinculados con mayor desinformación en relación a las elecciones estadounidenses de 2024. Estos análisis demuestran qué categorías generan un mayor o menor posicionamiento de la población a partir de creencias falsas o erróneas.
Con todo, se puede concluir que a pesar de estar inmersos en una era de desinformación, la sociedad lucha porque los individuos puedan alcanzar la verdad y vivan informados de la mejor manera posible. Esto se manifiesta con la incorporación de las ya mencionadas herramientas para verificación y gestión de información proporcionada por la ponente. La falta de información ha llegado a todos los campos, y es evidente que solo va en crecimiento. El uso de estas herramientas no hará que se reduzca, pero al menos facilitará la adaptación de la sociedad a esta nueva etapa. En el ámbito profesional de comunicación, el uso de ellas permitirá que el trabajador pueda seleccionar la información acertada y evitar que el lector o consumidor quede afectado por la desinformación. Igualmente, la accesibilidad de estos filtros y administradores hacen que la población pueda informarse de forma amplia y rápida sin quedarse en los límites de lo más llamativo y aparentemente veraz. Personalmente, considero que se nos presenta un cambio ante la problemática y, aunque sea Internet el origen de ello, es en sí mismo donde podremos encontrar la solución.
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