Reseña del libro Mitos que manipulan la verdad sobre delincuentes y víctimas

Portada del libro 'Mitos sobre delincuentes y víctimas'
Portada del libro ‘Mitos sobre delincuentes y víctimas’

En una actualidad mediática plagada de hechos y narraciones en los que los delitos se cuentan como seriales de tinte amarillista para que la sociedad se perturbe y encuentre en ellos un lugar común de conversación, surge una reflexión académica para desmontar las raíces de este discurso. La investigación Mitos sobre delincuentes y víctimas. Argumentos contra la falsedad y la manipulación, desarrollada por Gema Varona, Lohitzune Zuloaga y Paz Francés (Catarata, 2019) trata de desactivar aquellos estereotipos construidos por los medios de comunicación y la sociedad en general distorsionando parte de esa realidad. Su recomendable lectura aporta criterios y argumentos en la era de la inmediatez y de la narración–espectáculo.

Vivimos tiempos convulsos en los que se visibiliza con gran profusión una delincuencia, que se presenta como aparentemente creciente, y que viene acompañada de un sentimiento de miedo, que se trata de infundar a toda la ciudadanía de forma generalizada. A la par, los sistemas jurídicos de la mayoría de los países endurecen sus penas extendiendo la idea de seguridad, sustanciada en la búsqueda de un mayor bienestar para el común. Una tendencia alejada del tradicional garantismo auspiciado por el respeto a los más fundamentales derechos humanos.

La secuencia, presuntamente lógica, miedo–seguridad–endurecimiento punitivo encuentra una de las razones de su justificación en la intensificación de los mitos sobre las personas que delinquen. Y en el fondo, trata de generar en la ciudadanía el imaginario necesario que añada argumentos al espíritu y la obra de esta tendencia basada en el castigo, y no precisamente en la reinserción social. Fenómenos como el de la posverdad, tradicionalmente reconocidos como noticias falsas y manipulación, engordan estos mitos, construidos con la suma de estereotipos. Los estereotipos eclipsan la verdad, la confunden o la distorsionan. Ofrecen una imagen irreal de una persona, de un colectivo o de un acontecimiento.

Las autoras de este ensayo desgranan, de forma didáctica, algunos retazos sobre los actuales sistemas jurídicos y profundizan en el marco teórico del concepto “mito”, atendiendo a sus diferentes derivadas y diferencias con respecto a otros conceptos. Primero desentrañan el sentido de cada mito, con el lenguaje informal y con su funcionamiento en la vida social, luego se cuestionan con exactitud aportando datos e investigaciones, y finalmente sugieren lecturas para profundizar en lo expuesto. Todo un ejercicio de pedagogía investigadora iluminado desde un enfoque humanista.

El texto en su conjunto trata de desmontar un total de 33 mitos: 11 por cada uno de los colectivos afectados –personas que cometen delitos y víctimas– y 11 por las políticas públicas aplicadas. Mitos sobre los inmigrantes, sobre la “monstruosidad” de los grandes delincuentes, sobre una juventud que ya no respeta, sobre los agresores sexuales que no son reinsertables… Los mitos de unas víctimas que siempre quieren venganza, o van provocando, o no les interesa la reinserción, o los que señalan que a más vigilancia menos víctimas, o que las víctimas del terrorismo están politizadas, o que todas las víctimas necesitan lo mismo… Y en el caso de las políticas públicas, mitos como que los partidos políticos no hacen nada, quien la hace la paga, a más policía menos delito, a más cárcel menos delito, entran por una puerta y salen por otra…

La obra concluye que los mitos no son ni buenos ni malos, sino que dependen de su interpretación y de su uso “en contra de la razón y de los derechos humanos”. Pero constata una contradicción manifiesta; la falta de confianza que existe por parte de la ciudadanía hacia la clase política y las instituciones se torna, sin embargo, en exigencia radical de condenas punitivas en caso de situaciones y problemas de gran complejidad. Una de las causas de esta deriva, según sus autoras, puede ser la manipulación de los mitos “en torno al derecho penal y, en general al sufrimiento, la injusticia y la responsabilidad de los seres humanos”. Una situación que muestra un derecho punitivo menos humano y garantista. Los medios de comunicación contribuyen habitualmente a manipular la orientación de los mitos sobre los delincuentes, convirtiéndolos en seres monstruosos y muy alejados de nosotros (ellos–los malos vs. nosotros–los buenos). Para las autoras, esta situación se ha constatado cada vez más frecuente en un clima de populismo e inseguridad, olvidando conceptos fundamentales como el de la humanidad y la prevención social. Y finalizan citando la recomendación de Kant; “debemos atrevernos a saber, pero también a observar y actuar desde una mirada serena y crítica”.

Gema Varona, Lohitzune Zuloaga y Paz Francés (2019). Mitos sobre delincuentes y víctimas. Argumentos contra la falsedad y la manipulación. Catarata: Madrid
Juan Pagola 25 publicaciones
Profesor
JUAN I. PAGOLA CARTE es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco y doctor en Comunicación por la Universidad de Deusto. Actualmente es profesor contratado doctor en la Universidad de Deusto. Su actividad docente se concentra en el grado de Comunicación así como en el Master en Gestión de la Comunicación Audiovisual, Empresarial e Institucional, con las siguientes asignaturas: Teoría de la Comunicación Organizacional, Diseño de Proyectos de Comunicación, Ética Cívica y Profesional y Desarrollo Global y Migraciones (en el grado); y Profundización en la Comunicación Audiovisual, Empresarial e Institucional (en el posgrado) Sus publicaciones tratan principalmente de la ética y la responsabilidad en la comunicación. En los últimos años ha desempeñado distintos cargos en la Universidad de Deusto: Director del Máster en Gestión de la Comunicación, coordinador de Deusto Campus (actividades de solidaridad, cultura, deportes y fe para la comunidad universitaria) y coordinador de las asignaturas de Ética Cívica y Profesional, estas dos últimas en el campus de Donostia. Pertenece al equipo de investigación “Ética aplicada a la realidad social”, reconocido por la UD (2008) y por el Gobierno Vasco (2010).