Juan Pagola, profesor del Grado en Comunicación y antiguo vicesecretario de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, se siente a gusto en su nueva responsabilidad como Director del Departamento de Comunicación de la Universidad. Pagola afirma ser una “persona de retos”, por lo que cree que “no va a tener dificultades en compaginar su nueva ocupación con otras labores”.
¿En qué ha cambiado tu vida profesional este año?
Como director del Departamento de Comunicación deberé estar más en contacto con personas, tanto alumnos como profesores. Durante cuatro años la tarea como vicesecretario de Facultad de Ciencias Sociales y Humanas estaba más unida al seguimiento de procedimientos y normas. Ahora, en cambio, mi función es tratar de conjugar todos los elementos que constituyen los estudios en comunicación, y al mismo tiempo, tratar de que todo el mundo se sienta satisfecho. No es fácil, ya que el día a día hace que tengas que enfrentarte a importantes retos. Aun así, creo que tenemos un grupo muy bueno de docentes y estudiantes interesados en el mundo de la comunicación que facilitan el proceso.
¿Cómo crees que compaginarás la tarea de docencia con la Dirección?
Creo que los compaginaré bien. Casi siempre me he dedicado a más tareas, además de la docencia. Desarrollé labores de coordinador de DeustoCampus, durante siete años dirigí el Máster en Comunicación que ofreció la Facultad en colaboración con EiTB, y, como te he comentado, también de vicesecretario. Todas ellas han supuesto tareas de gestión potentes que requieren de tiempo y dedicación, y opino que, siempre con momentos de mayor o menor angustia, he sabido sacarlas adelante. Además, me considero una persona de retos, una nueva tarea para mí siempre constituye un aliciente. Empiezo por preguntarme qué se puede hacer para mejorar las cosas y trato de identificar vacíos para después ponerme con ellos, eso sí, contando con el equipo que tengo a mi alrededor.
¿Que esperas de estos cuatro años?
En todo momento he sido partidario de apostar por un trato constante con agentes del entorno: la sociedad en general, el territorio, los medios, las empresas… Es verdad que contamos ya con una relación fluida con numerosas organizaciones, tanto para prácticas como para la inserción laboral. Aun así, mi objetivo hacia fuera es darle más visibilidad externa al Grado en Comunicación de lo que ya se ha hecho hasta ahora, que es mucho; quiero que se conozca que de esta Facultad cada año salen un grupo de egresados en comunicación preparados para realizar una gran variedad de desempeños profesionales. Mi reto interno, en cambio, va a ser intentar que las cosas que marchan bien sigan funcionando así. Que podamos, desde lo que somos, seguir pensando en lo que la profesión demanda y adaptarnos, innovando en procesos y metodologías, para responder a las expectativas del estudiante y de la sociedad.
¿Crees que el Grado en Comunicación está a la altura de las exigencias del mercado?
Yo creo que sí. Recibimos constantemente por parte de las empresas muy buenas críticas de los estudiantes que realizan sus prácticas o inician un trabajo remunerado. Son esas empresas las que nos dicen que los alumnos del Grado en Comunicación cumplen con gran parte de sus expectativas. Para nosotros, el profesorado, es muy satisfactorio escuchar eso, ya que vemos que todas las competencias trabajadas durante los años que dura la carrera se plasman en el periodo de prácticas de los alumnos, siendo estos capaces, por ejemplo, de escribir notas de prensa, elaborar una información, planificar y gestionar la comunicación y dominar el lenguaje.
¿No es el grado muy general para responder a las necesidades cada vez más concretas de los consumidores?
Hoy en día existe una necesidad enorme de profesionales que sepan moverse en los diferentes ámbitos de comunicación, no solo en algunos ambitos específicos. Es por lo que hoy hablamos de la comunicación integral y transversal, un concepto que dota de una formación global, que aporta una visión amplia de la comunicación y abre muchas puertas al finalizar el Grado. Aunque no seamos conscientes, comunicamos siempre, y tenemos que formarnos para saber hacerlo y cuidarlo bien.
¿Qué papel jugará el comunicador en la era de la posverdad?
Tendrá un sitio indudable. No tenemos que olvidar que el instrumento más importante del que dispone el ser humano para generar relaciones entre personas es la comunicación. Las empresas requieren cada vez más, personas íntegras, personas constructivas, que tengan valores, y que sepan aplicarlos dentro y fuera de la empresa de una forma correcta y ética. Así pues, en un mundo donde el desarrollo y la investigación reinan, los comunicadores serán clave para poder transmitirlo de la forma más honesta.