Tras la proyección de su último trabajo, Imanol Uribe, encabezó la rueda de prensa en la que se habló sobre el largometraje «Lejos del mar». Un trabajo que cierra la trilogía formada por “La muerte de Mikel” (1984) y “Días contados” (1994).
Los alumnos de cuarto año de comunicación de la UD tuvimos oportunidad de estar presentes en aquella rueda de prensa, y conocer más de cerca la historia que el cineasta vasco pretendía transmitir.
Uribe no estaba solo, lo acompañaban los grandes protagonistas de la película como Elena Anaya o Eduard Fernández que valoraron el trabajo realizado, pudiendo entender lo que esté proyecto había supuesto para ellos profesional y personalmente.
Uribe señaló en varias ocasiones que su objetivo en ningún momento era hacer política. Pretendía una vez más abordar un tema que sin duda era complejo, y todavía “despierta cierto nerviosismo entre los espectadores”. Lo recordaba al mismo tiempo que trajo sus palabras de hace tres años, en las que aseguró que no volvería a tratar el tema de la violencia en el País Vasco, pero que sin embargo, y como el mismo señalo, había vuelto a caer.
La protagonista indiscutible, Elena Anaya, mostraba su profundo agradecimiento a Uribe por la oportunidad otorgada. Así como por haberle hecho disfrutar de lo que más le gusta, la interpretación. “Debía buscar en el fondo del personaje para saber qué era lo que tenía en común conmigo” dijo la actriz, que aseguraba quiso ser Marina desde el primer momento.
Anaya reconoció la profesionalidad de Eduard Fernandez “es una suerte enorme tener enfrente a un actor así, que te mira de esa manera y que te da tanto”. Ambos reconocían la complejidad del tema y por consecuente de los personajes que debían poner en su piel. Sin embargo, tal y como reconocieron ambos en varias ocasiones, fue un trabajo disfrutado.
Al director y guionista al mismo tiempo, no le costó escoger el titulo que representaría la obra pues según dijo, lo tuvieron claro desde un principio. Pero no le ocurrió lo mismo con la parte que culminaría con la historia, pues a pesar de querer dar un final feliz “no me salía, no era consecuente con la historia” dijo Uribe.
Podemos definirla como una obra que abre las puertas aun más a un debate que está en la calle, en los medios, y que sin duda debemos abordar. Pues como ellos mismos reconocían es la mejor manera de pasar página, de sanar y no caer en los mismos errores.