-Y, tú, ¿a qué te dedicas?
-Soy blogger de moda.
Es la respuesta que más se oye estos días. Los niños y las niñas ya no quieren ser futbolistas o profesoras. Quieren ser bloggers. O youtubers, en su defecto. Los tiempos han cambiado.
Estas chicas (o chicos, en este mundillo no hay discriminación de género), se dedican a publicar sus modelitos, sus últimas compras o sus favoritos del momento. Comparten su día a día con miles (o incluso millones) de seguidores ansiosos por saber más de ellos. Es un auténtico fenómeno. Y es que hay bloggers que cuentan con más followers que algunos actores o cantantes conocidos. Y las marcas se han dado cuenta de ello.
La publicidad siempre ha estado presente en nuestras vidas. Desde spots publicitarios hasta cuñas en la radio. Las empresas tratan de llegar al mayor número de posibles potenciales clientes. Así que, con la llegada del fenómeno blogger, las marcas han encontrado una nueva forma de publicitarse.
Hoy en día es muy normal ver a las bloggers más relevantes del mundillo (como Dulceida o Lovely Pepa, las más populares en España; o Chiara Ferragni y Aime Song, mundialmente conocidas con más de un millón de seguidores en sus respectivas redes sociales) enseñando nuevos productos y dando su opinión sobre ellos. Pero, ¿dónde está la gracia de todo esto? Que las marcas les hacen llegar sus productos de forma totalmente gratuita (incluso, en ocasiones, también les pagan una cierta cantidad de dinero para hablar sobre su marca). De esta forma, las marcas se aprovechan del número de seguidores de las bloggers, y estas últimas pueden probar cosas (como ropa, maquillaje, productos de cuidado personal, etc.) sin tener que pagar un solo euro. Y todos tan contentos. Unos se publicitan y las otras se quedan con los productos (incluso a veces ganan, además, dinero). Es el ciclo del entorno bloggeril.
Este tema está dando mucho que hablar en los últimos meses. Ya que, aunque actualmente esta «nueva» técnica de publicidad está más que implantado en el mundo bloggeril, siempre se termina creando cierto debate entre los seguidores de los bloggeros. Y es que el problema aparece cuando este tipo de publicidad se hace de forma encubierta. Sin decir abiertamente que un post (una entrada del renombrado bloggero) está patrocinado de alguna forma. Es ahí cuando los followers se sienten engañados y empiezan a desconfiar de la bloggera, haciendo que, a la vez, desconfíen también de la marca.
Entonces, ¿dónde está el equilibrio de todo esto? Publicidad sí, pero no de forma encubierta. Dado que las marcas ya saben que esta forma de publicitarse les sale más que rentable; y las bloggeras tampoco se quejan cuando consiguen productos de forma gratuita. Por lo tanto, ambas partes están más que dispuestos a seguir trabajando juntos.
Pero, ¿a qué precio? ¿Engañando a sus seguidores? Es más que obvio que los bloggers se deben a sus followers. Por lo que, si quieren seguir teniendo el éxito que tienen, deberían pensar más en ellos y menos en las marcas. Porque bloggeras hoy en día existen a patadas (levantas una piedra y aparecen 10); y hacerse un hueco en este mundo cuesta mucho más de lo que algunos se pueden llegar a imaginar. Así que, querido mundillo bloggeril, que las marcas no os nublen la vista y hacerle más caso a vuestros seguidores; puesto que sin ellos no existiríais. Os lo aconseja un intento de bloggera y seguidora de muchos otros bloggers.
