Durante los días 25 al 27 de junio tuve la oportunidad de participar en Dublín en el Congreso internacional “Pulling together or pulling apart” celebrado en el Trinity College.
El call for papers recibido meses antes rezaba así:
Increasing globalisation highlights the need to revisit the upsurge of Nationalism, and this three-day interdisciplinary conference provided a forum for debate on sovereignty, nationhood, identity, and interrelated issues in Catalonia, the Basque Country, Galicia, Northern Ireland, Scotland, Wales, Belgium, France, Quebec, and elsewhere. Those questions were debated: why nationalism is so resilient; how notions of ‘self’ and ‘nation’ interpenetrate; economic, human rights, and social justice conflicts; whether and to what extent new definitions and approaches to nationhood and state may be needed in the context of a valid ‘European’ identity in the 21st century.
Remití a los organizadores del Congreso un propuesta de comunicación que fue aceptada. El título de la misma era “Reivindicación de derechos históricos y autogobierno: el PNV en la transición española (1975-1980)”. En mi intervención presenté el análisis del discurso político elaborado por el Partido Nacionalista Vasco en los años de la Transición española (1975-1980). Este discurso demandaba al gobierno español la reparación de los derechos históricos del pueblo vasco, que se consideraba habían sido usurpados en el pasado. Esa reivindicación de un pasado de “autogobierno” y de relaciones cordiales con España, permitió al PNV, por un lado, reforzar el sentimiento identitario del pueblo vasco y, por otro, justificar su participación en la nueva etapa democrática, que se abría en España tras cuarenta años de dictadura.
Asimismo, expuse cómo el PNV reescribió la crónica histórica del pueblo vasco con el objetivo de explicar la existencia, desde tiempos inmemoriales, de una identidad propia y distinta a la española, y de una alto grado de soberanía respecto a España. En otras palabras, en aquel momento de cambio y de oportunidad que suponía la apertura democrática, era necesario “recuperar” la historia de ese pueblo milenario y actualizarla. Dicha narrativa dotaba de continuidad al discurso del PNV y, consecuentemente, legitimaba su proyecto político: la consecución del autogobierno.
El Congreso fue excesivamente intenso quizá pero muy interesante porque la misma amplitud de la temática favoreció la interdisciplinariedad. Además de historiadores, fueron muchos los politólogos, sociólogos y juristas que aportaron sus puntos de vista.