Emprender en periodismo. Nuevas oportunidades para el profesional de la información es el título del libro que nos presentan las profesoras Bárbara Yuste y Marga Cabrera, y que tiene como principal objetivo dar cuenta de las oportunidades y dificultades que se le presentan al periodista ante la irrupción de internet y la renovación de las tecnologías de la comunicación. Una obra en la que el lector hallará -expuestas de manera clara y sucinta- una serie de consideraciones, recomendaciones y análisis de buenas prácticas relativas a las iniciativas que ya se están produciendo en torno a este nuevo paradigma.
Tal y como se afirma en el prólogo “hay buenas y malas noticias para los periodistas que se acerquen a este libro”. La mayor virtud del mismo es aceptar la complejidad de la situación para centrarse en las oportunidades. Muy recomendable, por tanto, para el público estudiantil.
[:]El planteamiento del libro parte de una constatación: internet cuestiona el valor de las intermediaciones y permite accesos y procesos para los que, hasta su irrupción, necesitábamos intermediarios o representantes. Esto afecta a muchos órdenes de nuestra vida -desde la política a la enseñanza- y cuestiona la validez de los ámbitos profesionales basados precisamente en esas necesidades. Entre ellos, el del periodismo entendido como el espacio especializado en mediar entre el público y la información.
Para las autoras, la adaptación del periodismo a un nuevo escenario marcado por “el paso de una sociedad caracterizada por la escasez informativa a otra donde abunda la información” (pág. 16) pasa por dos grandes líneas de trabajo:
- El periodista deberá asumir su nueva tarea, la de “filtrar contenidos, ponerlos en valor y ordenar el caos informativo” (pág. 16). VIsta así, su función “es más relevante que nunca, puesto que se necesita que un profesional cualificado y con criterio informativo ordene, valore y jerarquice todo el contenido que se publica en internet y en las redes sociales” (pág. 18).
- El periodista debe adaptarse a los cambios tecnológicos y comprender las implicaciones que conllevan para su profesión. Por ejemplo, para “explotar al máximo la red como un espacio para investigar, filtrar, jerarquizar, contactar y verificar fuentes de información” (pág. 19).
Las autoras recalcan las nuevas destrezas, las nuevas herramientas y, en suma, el nuevo perfil del profesional que quiera mantener la principal seña de identidad del trabajo del periodista: “contar historias” (pág. 18). En el desglose de dicho perfil dedican un importante apartado al trabajo con datos, al “periodismo de datos”. Como recalcan las autoras “los periodistas de datos son ya un grupo de profesionales muy solicitados, ya no sólo por las redacciones de los medios … sino por empresas e instituciones que buscan profesionales que sean capaces de encontrar sentido a las cosas, que entiendan los datos y sepan convertirlos en tangibles” (pág. 83). Realidad ésta que, por cierto, es la que ha empujado a nuestra Facultad a proponer a nuestros estudiantes, y a los profesionales de nuestro entorno que lo deseen, formación de posgrado en “Análisis, Investigación y Comunicación de Datos“.
Partiendo de este diagnóstico, el libro se plantea una pregunta central: ¿qué oportunidades se presentan en este escenario para emprender en periodismo? Emprender, en este ámbito, no significa otra cosa que la capacidad de crear un medio propio. Las autoras analizan a través de casos reales cómo afrontar el problema de los costes, cómo obtener financiación y, en suma, cómo poner en marcha algunas ideas de negocio. La última parte del libro se dedica a la exposición de ejemplos reales contados por sus propios protagonistas, y se completa con un anexo en el que se ofrece un útil listado de “medios emprendedores”, otro de “herramientas para periodistas” y un tercero con referencias bibliográficas.
Las autoras han creado su propia web “Emprender en periodismo” en la que el lector encontrará información actualizada sobre los diferentes frentes abordados en el libro.
