Los alumnos del Grado en Comunicación y el Doble Grado en Derecho + Comunicación, han tenido la ocasión de conocer a Carlos Sobera desde cerca, en el Salón de Grados de la Universidad.
Sobera nacido en Baracaldo y conocido, sobre todo, como presentador, ha querido transmitir a los futuros comunicadores los pilares fundamentales para triunfar en la vida. Ha recalcado una y otra vez, que “triunfar no es ser famoso, sino poder ganarte la vida trabajando en lo que te gusta”.
La conferencia comenzó con una breve presentación, donde el presentador plasmó sus inquietudes desde muy joven, los estudios realizados y varios consejos para los estudiantes sobre la vida misma. Su vocación siempre ha ido dirigida a ser artista; de hecho, dedicó unos cuantos años a ser cantante y actor; pero finalmente se decantó por estudiar Derecho en la Universidad de Deusto. Aunque actualmente no ejerza como tal, remarca que le ha sido “necesario para la vida, ya que resulta ser una herramienta para defenderse”. Aparte de ejercer como presentador, también ha probado otros oficios como ser notario, publicista, actor, profesor, productor o empresario.
Después de la breve presentación, los estudiantes tomaron la palabra y aprovecharon su turno para hacer preguntas. Éstas fueron algunas de ellas:
¿Qué es lo mejor y lo peor para ti?
A mí lo que me gusta es la gente. Por eso pude ser profesor de universidad, porque me gustaba la gente. Y por eso me dedico a la comunicación y se me dan bien los concursos. Cuando me vienen los concursantes y no sé de qué pie cojean, me da igual; a mí me encanta hablar con ellos y ponerme en su lugar y sufrir con ellos. Y me gusta tanto la gente, que lo que para muchos resulta ser un inconveniente que le pidan una foto o un autógrafo, a mí me agrada porque es una muestra de cariño, aceptación y respeto.
Lo peor para mí es que los que trabajamos en esta profesión no dependemos de nosotros mismos. Por un lado, está la opinión del público que permanentemente está pendiente de si hacemos las cosas bien o mal. Por otro lado, están los intereses comerciales de las cadenas o de los productores con los que trabajamos… El estar siempre en un escaparate, es lo peor de esta profesión.
¿Qué tipo de capacidades transversales o competencias genéricas apreciarías de la gente que estás entrevistando?
Antiguamente lo conocíamos como inteligencia emocional. Según como se posiciona la persona, cómo te responde y qué tipo de lenguaje corporal utiliza, sacas una opinión más positiva o negativa de ella. La inteligencia no se mide con los buenos resultados académicos, pero sí con otras cosas: la disciplina, el sacrificio, el esfuerzo, el trabajo, la capacidad de concentración…
¿Cuál fue tu primer contacto con los medios de comunicación?
Mi primer contacto fue ETB. Yo como he nacido en los 60, una generación un poco perdida por muchas cosas… por ejemplo, el lenguaje: yo no hablaba euskera. En los años 80 cuando se creó ETB, empezó a haber un movimiento importante para crear afición en euskera, pero para los que no sabíamos, suponía una limitación. Por eso, yo escribía los guiones en castellano para luego ser traducidos en euskera. Mi relación con los medios de comunicación comenzó en la Facultad de Periodismo en Leioa –yo impartía clases de Derecho–. Por lo demás, con ETB.
¿Ha habido algún momento en el que te hayas planteado dejarlo todo a un lado?
No, nunca. He tenido mucha suerte en la vida: empecé en ETB, me iba bien… y mi representante mandó un vídeo a una productora de Madrid que estaba preparando una serie, le hice gracia al productor y decidieron contratarme. Después me dieron otra serie y después un programa –el primero–, de mucho éxito. Teniendo en cuenta que ésta profesión no es nada fácil, he tenido una suerte inconmensurable. A veces en esta profesión pasan meses que no te llama nadie y que no apareces en televisión… La gente que te conoce te pregunta si has dejado de trabajar, pero tú de mientras, sigues trabajando duro: haces teatro, cine… Rendirse es una palabra que no puede estar en nuestro vocabulario. Yo dejé todo aquello relacionado con mis estudios asumiendo todas las consecuencias que podía tener.
Has trabajado en muchos ámbitos… ¿Te falta algo por hacer?
Sí, me gustaría hacer un Late Night o un Magazine de mañana o tarde. Pero, sin duda, lo que más me gustaría hacer, es un concurso en Latinoamérica.
¿Cuál es la diferencia de trabajar en una cadena pública y en una privada?
Las cadenas públicas responden a los intereses de los empresarios, y las privadas responden al partido político que domina. Todas las cadenas tienen algo en común, y es que trabajes donde trabajes, tienes que saber para quién trabajas y dónde trabajas.
¿Algún consejo?
La clave para triunfar es tener sentido del humor. Por lo demás, no mentir nunca, ser siempre uno mismo, y tener mucha paciencia y perseverancia.
¿De toda la trayectoria profesional que has tenido, qué destacarías que has aprendido?
Ser humilde, a saber que el éxito es siempre muy pasajero, aprender a fracasar, a ser muy solidario… Es una profesión que me ha dado muchos valores. He aprendido a ser muy honesto con el tiempo, a ser empático poniéndome en el lugar de los demás para ser feliz en la vida y para estar contento con uno mismo. He aprendido a trabajar.